Francos responde sobre el número de desaparecidos: "Está claro que no fueron 30.000 pero más allá de si fueron o no, igual es un desastre"
Guillermo Francos, jefe de Gabinete de la Nación, se refirió a la movilización del 24 de marzo, destacando que fue una manifestación de carácter mixto: "Fue una manifestación importante que a mucha gente que expresó su adhesión a la fecha que se recuerda, que se conmemora el golpe del 24 de marzo del 76 y todo lo que eso trajo como consecuencia", dijo, pero también observó los "aprovechamientos políticos" en la marcha, con carteles y banderas de sectores diversos, incluso Palestina.
En una entrevista candente con Futurock , el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, desgranó la posición oficial frente a la masiva movilización del 24 de marzo, defendió la polémica narrativa histórica del gobierno de Javier Milei sobre la última dictadura y esbozó líneas de tensión con sectores de la oposición. Con un tono que mezcló la frontalidad de la coyuntura con reflexiones personales sobre su propia experiencia durante los años 70, Francos intentó equilibrar el discurso oficial entre la condena al "terrorismo de Estado" y la insistencia en revisar cifras y responsabilidades.
"Una marcha con banderas de Palestina no es neutral"
La entrevista arrancó con la evaluación de Francos sobre la multitudinaria marcha del domingo. "Tuvo componentes de ambas cosas: gente que conmemoraba el golpe del 76 y aprovechamientos políticos. Hasta había banderas de Palestina", afirmó, en referencia a la presencia de organizaciones de izquierda. Cuando Florencia Halfon le preguntó si la movilización era una respuesta al video oficial que equiparó violencia guerrillera y represión estatal, Francos desestimó: "No. El gobierno expresó una posición histórica que incluye ambas visiones. Agustín Laje [autor del video] mostró una mirada equilibrada".
La periodista contraargumentó: "El video no critica contundentemente el terrorismo de Estado". Francos insistió: "Laje cuestionó la dictadura, pero también a la guerrilla. Yo viví esa época: la AAA, López Rega, los atentados... Fue una etapa sangrienta".
"No estamos aquí para juzgar la historia, sino para aprender de ella".
La batalla de los números: ¿8.753 o 30.000?
El debate se encendió cuando Nico Fiorentino cuestionó la minimización oficial de las 30.000 víctimas. Francos replicó citando a Graciela Fernández Meijide, exintegrante de la CONADEP: "Ella dice que los 30.000 no son reales. La Comisión de Alfonsín verificó 7.000-8.000 casos. ¿Discutir números? No tiene sentido: sea cual sea la cifra, fue un desastre".
Fiorentino contraatacó: "¿Y las familias que buscan a sus desaparecidos?". Francos, contundente: "No hay 30.000 familias buscando. Hablemos con la verdad: no hay pruebas de eso". La tensión escaló cuando Halfon recordó que el presidente Milei calificó la dictadura de "guerra" y habló de "excesos". Francos evitó confrontar: "Fue un abuso incalificable, sean 7.000 o 30.000".
"No fueron 30.000": La polémica cifra que reactiva la grieta
Francos defendió el cuestionamiento oficial al número de desaparecidos, citando a Fernández Meijide y la CONADEP: "No hay pruebas de 30.000 familias buscando". Mientras la oposición acusa de "revisionismo negacionista", el jefe de Gabinete insistió en "no politizar la tragedia", pero comparó el caso argentino con la investigación del Holocausto: "Si Wiesenthal sigue tras 80 años, ¿por qué nosotros discutimos números?".
Archivos, nazis y derechos humanos: una analogía polémica
En un giro sorpresivo, Francos comparó la desclasificación de documentos de la dictadura con la apertura de archivos sobre el nazismo en Argentina, autorizada recientemente a pedido de la Fundación Simón Wiesenthal. "Si ellos, tras 80 años, siguen investigando el Holocausto, ¿por qué nosotros discutimos cifras?", argumentó.
Halfon le espetó: "Para las familias, sí importa". Francos insistió: "No podemos politizar una tragedia. Escuché a Estela de Carlotto cuestionar al gobierno por hechos del 76: eso no tiene lógica". La periodista recordó los recortes en áreas de derechos humanos: "¿No afecta la búsqueda?". Francos defendió: "Trasladamos archivos al Archivo General para que cualquiera los consulte. Es transparente".
La Corte, las moratorias y el dólar: el resto de la agenda
Fiorentino abordó temas espinosos:
Corte Suprema: El gobierno no retirará los pliegos de García Mansilla y Lijo, pese al rechazo en el Senado. "Fueron designados constitucionalmente", afirmó Francos.
Moratorias previsionales: "No avalaremos proyectos que no expliquen su financiamiento. El sistema está quebrado".
Dólar y FMI: Sobre la venta de reservas, Francos aseguró: "La situación se normalizará. Confiamos en el acuerdo con el FMI".
Corte, dólar y moratorias: el costo político de la estabilidad
Francos descartó retirar los pliegos de García Mansilla y Lijo, pese al rechazo en el Senado, y adelantó que el gobierno vetará cualquier moratoria previsional "sin financiamiento claro". Sobre la presión al dólar, aseguró que el acuerdo con el FMI "normalizará los mercados".
Elecciones y alianzas: ¿Milei y Macri, en sintonía?
Consultado sobre la relación con Mauricio Macri, Francos esbozó un pragmatismo frío: "Hay buena predisposición, pero las listas se negocian distrito por distrito. Buscamos mayor representación para impulsar reformas".
La mirada de Francos: ¿equidistante o revisionista?
Al cierre, Halfon interrogó a Francos sobre su visión personal de la dictadura: "¿Se alinea con esta gestión o con las anteriores?". El jefe de Gabinete, que vivió los 70 como universitario, respondió: "Ambos lados fueron desastrosos: el terrorismo de Estado y la guerrilla. Desde el Estado es inadmisible, pero la violencia previa también dañó al país".
La periodista insistió: "¿De la misma manera?". Francos evitó igualar: "Es difícil, pero ambas deben cuestionarse".
Alianzas bajo la lupa: Macri, Milei y el rompecabezas electoral: En medio de rumores de pactos distritales, Francos admitió que la relación con el expresidente es "razonable", pero advirtió: "Las listas se negocian provincia por provincia". La meta oficial: romper la minoría parlamentaria para impulsar reformas.
La entrevista dejó al descubierto la estrategia comunicacional del gobierno: revisar la narrativa histórica abiertamente con los organismos de derechos humanos, mientras prioriza su agenda económica. Sin embargo, la insistencia en cuestionar cifras y el tono desafiante ante críticas como las de Carlotto revelan una grieta que trasciende lo partidario: es una batalla por la memoria, donde el gobierno de Milei elige caminar sobre el filo de un discurso que, para muchos, roza la negación.
Francos no eludió la confrontación, tejió relatos que mezclan experiencia personal y datos duros. Pero en el centro quedó una pregunta incómoda: ¿Puede un gobierno desmarcarse de los consensos históricos sin alimentar la polarización? La respuesta, como los números de los desaparecidos, sigue en disputa.
Fuente: Ejes de comunicación