Hay 7 millones de chicos y jóvenes que viven en hogares pobres
La tasa de pobreza infantil subió en un año de 51,8% a 54,6% y llega a 56,5% entre los menores de 11 años.
La pobreza entre los niños y jóvenes ? menores de 17 años -- pegó un fuerte salto durante 2022: subió del 51,8% al 54,6%. Son 7 millones de chicos, chicas y adolescentes que viven en hogares pobres porque no tienen recursos para costear una canasta básica.
Por rangos de edades, entre los que tienen entre 6 y 11 años, la pobreza trepa al 56,5%, entre 12 y 17 años al 56,3% y de 0 a 5 años el 49,5%., de acuerdo a los datos del Indec que una indigencia en esas edades del 12,2% porque sus familias no tienen los ingresos suficientes para alimentarse.
Tanto la indigencia como la pobreza infanto-juvenil superan por varios puntos el 8,1% de indigencia promedio y el 39,2% de pobreza a nivel nacional.
Por el fuerte aumento de los valores de las canastas en el arranque de 2023, en especial la de los alimentos básicos, se descuenta que esos porcentajes de indigencia y pobreza ya son muy superiores a los de la segunda mitad de 2022.
Así, de los más de 18 millones de pobres a nivel nacional, casi el 40% son menores de 17 años.
Este salto en la pobreza infanto-juvenil se produjo a pesar que aumentó el empleo, pero eso pasó en ocupaciones informales con ingresos que estuvieron muy por debajo del aumento de los valores de las canastas básicas y pese a las ayudas sociales, como AUH (Asignación Universal por Hijo), tarjeta alimentaria, cuyos valores subieron por debajo de los de la línea de pobreza. Y que marcan los límites de las ayudas y planes sociales.
Agustin Salvia, director del Observatorio Social de la UCA (Universidad Católica Argentina), le dijo a Clarín que "sin los programas sociales, los primeros cálculos arrojan niveles de indigencia de entre un 25 y 30% y los de pobreza superarían el 65% del total de menores de 17 años".
Esta dimensión de la pobreza infantil y juvenil se arrastra hace décadas, se agravó en 2018/2019, luego con el deterioro de los ingresos por la pandemia y la cuarentena en 2020. Y pese al rebote de la actividad de 2021 y 2022, volvió a subir el año pasado y sigue en niveles dramáticos.
Fuente: Clarín