Hernán Lombardi: "La inflación es hija del déficit, y sin ajuste no hay salida"
Lombardi se mueve entre la lealtad al PRO y la incomodidad con algunos socios del Gobierno: ?Hay una derecha muy cavernícola, que atrasa?, define. Avisa que ?la emergencia no puede ser eterna? y lanza un mensaje interno al partido: ?La política no se puede hacer en soledad?. Y completa, con tono sombrío: ?Si vos tenés una Corte adicta, se termina la República?.
Por más que la entrevista con Jorge Fontevecchia arrancó con una confesión de amistad mutua, Hernán Lombardi no se permitió ambigüedades. Como en sus tiempos de movilizador político, el ahora ministro de Desarrollo Económico de la Ciudad de Buenos Aires sostuvo el equilibrio entre el respaldo institucional a Javier Milei y la defensa del ADN del PRO, sin dejar de lanzar cuestionamientos directos a Patricia Bullrich y de remarcar el riesgo que representa para la economía la debilidad del sistema judicial.
"Yo creo que a veces la gente se aparta del centro principal, de donde viene, el trabajo en equipo", dijo cuando se le preguntó directamente qué le pasó a Bullrich. Y sin titubeos, fijó su propia vara: "Yo creo siempre en el trabajo en equipo". Lo repitió con una estructura que recuerda sus tiempos de funcionario con vocación pedagógica: "Mejores instituciones mejoran la calidad de vida de la gente", aseguró, y remató: "Los problemas en general son tan complejos en el siglo XXI, que lo único que los pueden resolver son equipos consistentes, duraderos, formados".
A lo largo de la conversación, Lombardi no eludió las tensiones internas ni los dilemas estratégicos del PRO frente al oficialismo. No disimuló su incomodidad por el posicionamiento de Bullrich ni por la forma en que el Gobierno nacional intenta ampliar su base política. ?Lamento que se haya llegado a una situación donde a veces se enfrenta al PRO, que es el partido donde, bueno, que le permite a Patricia ser presidenta del partido, después candidata a presidenta?, dijo, y enseguida agregó: ?Hay que disfrutar cuando uno es mayoría dentro de un partido, aceptar cuando uno es minoría. Yo creo que eso se trata de la democracia?.
No se detuvo ahí. Trajo a Stuart Mill para advertir sobre ?la tiranía de la mayoría? y propuso que la lógica institucional debe aplicarse tanto a la política nacional como a la interna partidaria. En su mirada, no hay contradicción entre sostener a Milei en el Congreso y sostener al PRO como fuerza con identidad propia. Lo dijo desde su experiencia como exdiputado: "Apoyamos las medidas económicas porque pensamos que la herencia recibida era terrible y que había que terminar con el déficit fiscal, que había que terminar, pulverizar el déficit fiscal".
En ese sentido, recalcó que el respaldo no fue solo legislativo, sino también discursivo: "La inflación es hija del déficit, por lo tanto, la emisión monetaria, todas las medidas en ese sentido fueron apoyadas... también desde el punto de vista argumental y construcción de discurso".
La posición de Lombardi se sostiene en un eje: sin orden macroeconómico no hay desarrollo. Desde su nuevo rol en el gabinete porteño de Jorge Macri, no lo disimula: "Ahora, con una macroeconomía más acomodada podemos pensar, por ejemplo, la Ciudad de Buenos Aires, cómo generar desarrollo económico".
Consultado sobre un posible escenario electoral adverso para el oficialismo en octubre, fue cauto, pero no eludió el análisis: "La confianza se genera todos los días", afirmó. Y apuntó a un concepto que recorre toda su argumentación: "Mejores instituciones generan más confianza. La confianza recurre, va a la economía. La economía genera trabajo y empleo, y eso genera bienestar para la gente".
Esa misma lógica trasladó a la cuestión judicial. Sin vueltas, criticó la postulación de Ariel Lijo para la Corte Suprema: "Jueces tan cuestionados como Ariel Lijo no deberían haber sido propuestos", dijo. Y vinculó la debilidad institucional directamente con la falta de inversiones: "Nadie invierte en un país donde la justicia está, yendo de idas y vueltas".
Al final del diálogo, Fontevecchia lo invitó a recordar su rol como articulador de la marcha del ?Sí se puede? en 2019, y el actual secretario de Movilización del PRO reivindicó esa experiencia como un punto de inflexión: "Nada es casual... significó que había un contrapeso, no era un gobierno que se iba huyendo, sino que era una forma política e ideológica que permitía construir ahora desde la oposición".
Hernán Lombardi volvió a exponer lo que considera el corazón de su mirada política: que sin instituciones, no hay economía posible; sin equipo, no hay liderazgo sostenible; y sin ideas, no hay futuro.
Para Lombardi, la movilización excede la calle: también es en redes, también es de ideas. Y en esa línea, hizo una autocrítica dirigida a todas las élites argentinas: "Creo que parte de la crisis de la Argentina es también producto de cierta pereza intelectual de sus élites... de no pensar el mundo de acuerdo a lo que viene en el siglo XXI".
El cierre, ya más distendido, lo dejó nuevamente en su rol actual, con una mención al turismo como motor económico y social: "El turismo expandido por toda la ciudad le dará una enorme posibilidad de trabajo que tanto lo necesitamos".
Fuente: Ejes de comunicación