Luís Juez: 'En este país la gente no quiere que le roben pero vota corruptos. No quiere que le mientan pero vota mentirosos'.
El senador Luis Juez no disimuló su rabia. Tras la derrota de Ficha limpia, proyecto clave para inhabilitar a políticos con dos condenas por corrupción, su voz se quebró entre indignación y desencanto.
"Vergüenza que no tienen": Misiones y el "titiritero" Rovira
La chispa que encendió su enojo fueron los senadores misioneros. "Hace un año y cinco meses trabajamos juntos, en votaciones más difíciles estuvieron ahí", recordó, aún incrédulo. Horas antes del debate, todo indicaba que respaldarían el proyecto. Pero al mirar el tablero, la realidad fue otra: "¿Por qué me gritan el gol en la cara? Ganamos 36 a 35". Para Juez, la explicación está en el "titiritero" de Misiones, Carlos Rovira, "detrás de un biombo", y en la lógica feudal de provincias donde "el patrón les dice cómo votar". "Son dueños del poder hace 20 años, tienen empleados, no senadores", resumió, pintando un mapa de "pequeños feudos" donde la lealtad al caudillo local pesa más que la ética.
La sorpresa y el festejo de la corrupción
Pero no solo fue la traición de los misioneros lo que lo sacudió. En el recinto, otros senadores "festejaban" la derrota de la ley. "Hay tipos que celebran la corrupción porque mal no les ha ido", ironizó, aludiendo a que la norma hubiera complicado a figuras con causas judiciales. Aunque evitó nombres, la referencia a Cristina Kirchner ?quien tiene dos condenas en instancias no firmes? quedó flotando. "No era para Cristina, era para los corruptos", aclaró, pero el mensaje se perdió en el ruido de una grieta que, según él, sigue primando sobre el sentido común
¿Cómo no van a festejar si se han enriquecido, han estado en el poder, no tienen para comer y son infinitamente ricos? Bueno, ¿cómo no van a festejar? Sí, la decisión de ayer les habilita que su conductora, la persona con dos condenas pueda ser candidata.
Pero bueno, no me enojo por el festejo de ellos, me enojo por la inconducta de supuestamente un aliado que tenía que votar a conciencia.
Más allá del escándalo inmediato, Juez apuntó a un problema arraigado: "La gente no quiere que le roben, pero si estás corrupto, no quiere que le mientan, pero si estás mintiendo". Criticó la hipocresía de un sistema que pide "cambios" pero protege a sus propios. "¿Cómo vamos a sospechar del que está a nuestro lado?", se preguntó, aún dolido por la "inconducta cobarde" de quienes, en vez de enfrentar el debate, optaron por "esconderse hasta el último momento".
Con la puerta cerrada hasta 2026 para reintentar la ley, el senador admitió una frustración mayor: la pérdida de una oportunidad "mínima, básica" para enviar una señal. "La respuesta a los problemas del país está en cosas simples ?dijo?, pero seguimos eligiendo el verso". Su descargo, más que un lamento, sonó a advertencia: en un país donde los feudos provinciales y la impunidad siguen mandando, incluso los gestos simbólicos tropiezan con muros de hierro.
Fuente: Ejes de Comunicación