Macri es el presidente del PRO, tras un acuerdo con Bullrich
Luego de cierta tensión, hubo consenso. Habrá un reparto de autoridades equilibrado y se empodera a los gobernadores del PRO en sus provincias.
Tras una jornada larga con cafés de por medio, charlas por teléfono y discusiones que levantaron tensión, finalmente hubo acuerdo y Mauricio Macri se convirtió en el nuevo presidente del PRO. El ex mandatario asumió al frente del Consejo, que tendrá como vicepresidentes a Soledad Martínez, intendenta de Vicente López y cercana a Jorge Macri, y Damián Arabia, diputado nacional aliado de Patricia Bullrich.
"Fifty/Fifty" fue como definió un integrante de la mesa chica de dirigentes del PRO el arreglo que se iba a cerrar entre Macri y Bullrich, que por la mañana, a través de sus representantes, había amenazado con presentar una lista propia que desafiara la conducción del ex presidente.
Tras varias charlas, el okey estuvo dando para que se repartieran los principales cargos entre dirigentes que responden a ambos.
No obstante, desde el sector de Macri plantearon que en realidad hubo supremacía de dirigentes cercanos al ex presidente en la conformación final de la lista. Un caso es Soledad Martínez, intendenta de Vicente López y referenciada en Jorge Macri, que irá de vicepresidenta primera. Aunque en el segundo lugar de las vicepresidencias se acordó que vaya Damián Arabia, soldado de Bullrich.
La otra confirmación es que a partir del nuevo período, los gobernadores propios tendrán mayor peso en las decisiones. Rogelio Frigerio será el presidente del PRO entrerriano, Ignacio Torres del de Chubut y Jorge Macri del porteño.
La denominada ala más dialoguista, de Horacio Rodríguez Larreta, por ejemplo, sigue perteneciendo al PRO, pero no apoyará la lista de consenso.
Si bien todavía restaban negociar cuestiones puntuales, en general había coincidencia de los sectores del PRO en que sea Macri quien conduzca el Consejo, Bullrich la Asamblea y que los vicepresidentes de ambos cuerpos estén invertidos, es decir, un macrista a la Asamblea y un patricio al Consejo.
Pero eso finalmente no fue así, aseguran en el macrismo: ambos cuerpos serían dominados por referentes cercanos al ex presidente. Otro ejemplo del acuerdo para que hubiera paridad era que en varias de las provincias de mayor número de padrón, como Córdoba, Santa Fe y Mendoza, haya mitad de representantes por cada espacio.
Desde el sector de Bullrich plantearon que el reparto fue equitativo, teniendo en cuenta que inicialmente Macri pensaba que se iba a quedar con casi todos los puestos de peso dentro del partido que él mismo creó hace dos décadas.
Si bien existió cierta tensión, se desactivó después de diálogos cruzados entre interlocutores comunes de los dos dirigentes centrales que hoy tiene el PRO. Aun en medio de la gestión en el Ministerio de Seguridad, Bullrich sigue atenta lo que sucede con las definiciones del partido que presidió hasta hoy.
Y en ese contexto logró ubicar a un delfín suyo, Damián Arabia.
Ese intento habría encontrado cierta resistencia en el macrismo que identifica a Fernando de Andreis y Humberto Schiavoni como referentes, pero finalmente se llegó a un equilbrio. Desde el ala bullrichista dicen que "Macri nunca iba a permitir que alguien le compita en una interna, a riesgo de que la perdiera" y consideran que "sería una locura eso", casi como que Cristina Kirchner lo hiciera dentro del PJ.
En el sector macrista, en tanto, los consensos ya los habían fijado de antes. Macri se había ganado el apoyo de los gobernadores, central para su postulación, y también de referentes de cada provincia, en un encuentro que había tenido en Rosario hace dos semanas, cuando 18 dirigentes distritales se sacaron una foto con él en señal de respaldo.
Bullrich, en cambio, tuve cruces públicos con Torres, por ejemplo, cuando el gobernador planteó cerrar la distribución de gas a todo el país en represalia a la decisión de Milei de retenerle $ 13.500 millones en coparticipación. La semana pasada, en un encuentro a solas en Seguridad, Bullrich y Torres habrían hecho las paces.
Fuente: Clarín