Milei tiñó de violeta el mapa del país y ganó poder para impulsar más reformas
Javier Milei llevó a La Libertad Avanza a un triunfo histórico en las elecciones de medio término. Su espacio superará con holgura el tercio que se había propuesto como resultado satisfactorio y ahora deberá definir qué camino elige para impulsar las reformas planteadas en la campaña.
Contra todos los pronósticos, en medio de una severa crisis financiera y a un mes de perder por paliza en el principal distrito electoral del país, el presidente Javier Milei llevó a La Libertad Avanza a un triunfo histórico en las elecciones de medio término. Su espacio superará con holgura el tercio que se había propuesto como resultado satisfactorio y ahora deberá definir qué camino elige para impulsar las reformas planteadas en la campaña.
Si el análisis previo indicaba que Donald Trump y Scott Bessent habían tomado el poder en Argentina, la sociedad convalidó esa intervención con un resultado extraordinario. De todas las lecturas posibles, una sobresale de manera excluyente: el oficialismo nacional revirtió ayer una derrota de más de 13 puntos en la provincia de Buenos Aires. La lista de Diego Santilli ganó con la vergonzante imagen de José Luis Espert en la debutante boleta única.
El proyecto presidencial del gobernador Axel Kicillof sufrió un traspié solo comparable con la buena noticia recibida el 7 de septiembre y, por estas horas, todo está en discusión en el peronismo.
Detrás de la remontada épica en provincia, LLA confirmó su supremacía en la Ciudad de Buenos Aires y pintó de violeta la mayoría de los distritos del país, con picos notables en Mendoza y Entre Ríos (acudió asociada con los gobiernos locales), donde superó el 50% de los votos.
Córdoba y Santa Fe le dieron triunfos en distritos claves, allí donde Milei fue a buscar votos
Hace apenas una semana, Milei decía que se conformaba con los votos para blindar los vetos
sobre el final de la campaña. San Luis, La Rioja, Chaco, Misiones, Salta, Jujuy, Neuquén, Río Negro, Chubut y Tierra del Fuego se sumaron a la ola violeta.
Provincias Unidas, el otro gran perdedor de la noche, sufrió derrotas en los distritos de todos los gobernadores que conforman
ese incipiente espacio. Solo el advenedizo Gustavo Valdés, en Corrientes, peleaba por la victoria con el sello propio como bandera.
Atrás de la euforia, el Presidente deberá definir el curso de acción. Al Triángulo de Hierro le llegó la hora. En el ejercicio del poder, la división en tres partes es una ecuación imposible. Está claro que nunca se trató de un equilátero, pero la supervivencia de este tipo de experimentos requiere, indefectiblemente, que una de las partes reconozca, aunque sea en la intimidad, que su porción en la sociedad es menor frente a las acciones que comparten los otros dos. No asumirlo supone vivir en tensión permanente y, a la larga, enfrentar un desenlace tormentoso.
Cuando llegó al poder, se descontaba que Milei debería recurrir a los oficios del PRO de Mauricio Macri para poder navegar la política Argentina. "¿Va a gobernar con Karina?", preguntaban con sorna en una noche de elecciones, dos años atrás. La primavera del poder le dio margen al Presidente para soñar con que el apellido Milei se impusiera sobre todas las cosas. Pero las estaciones son implacables y las olas de frío polar no piden permiso para aparecer.
Ahora llega la hora de discernir qué quiere hacer. El Presidente ya no decide solo. Cuando alguien le presta plata, sus apreciaciones dejan de ser meros consejos. La decisión de negociar el poder en el Congreso tiene tono imperativo desde el Norte.
Apenas una semana atrás, Milei expresaba su conformismo con asegurarse el tercio que le permitiera resistir los eventuales vetos a las leyes de un Congreso "destituyente". Gobernar los próximos dos años requiere mucho más. Hará falta aprobar leyes propias, no solo resistir las trompadas. ¿Cómo y con quién enfrentará esa urgencia? Las elecciones empezaron hoy.
Fuente: BAE






