Tarifas de luz y gas: ¿regreso a la tarifa social? El futuro de 5 millones de familias en juego
Con el despido del secretario de Energía, el Ministerio de Economía de Javier Milei evalúa un drástico cambio en el sistema de subsidios a las tarifas de luz y gas, que podría impactar a más de 5 millones de familias argentinas
En un giro significativo de su política energética, el Gobierno argentino, encabezado por Javier Milei, ha puesto sobre la mesa la posibilidad de modificar los subsidios a las tarifas de luz y gas, que afectan a más de 5 millones de familias. Esta decisión se produce tras el despido de Eduardo Rodríguez Chirillo, ex secretario de Energía, y marca un cambio de rumbo hacia un modelo de tarifa social que recuerda al implementado durante la presidencia de Mauricio Macri.
Un cambio de enfoque tras el despido de Chirillo
El cese de Chirillo, quien lideraba las políticas energéticas, ha dejado a la nueva secretaria de Energía, María Tettamanti, con la tarea de reformar un sistema de subsidios que ha generado confusión y críticas. La actual segmentación de tarifas, que clasifica a los usuarios en niveles de ingresos (N1, N2 y N3), ha sido vista como una solución temporal más que como un plan sostenible. Tettamanti, con experiencia en el PRO y en la campaña presidencial de Patricia Bullrich, ahora enfrenta el reto de diseñar un esquema que responda a las necesidades de un amplio espectro de usuarios.
Con la segmentación vigente, alrededor de 11,2 millones de hogares reciben subsidios en la tarifa de luz, lo que representa casi el 70% de los 16 millones de conexiones totales. En el caso del gas, 5,8 millones de usuarios (61% de los 9,5 millones totales) se benefician de esta ayuda económica. Sin embargo, este sistema ha dejado a muchos usuarios en un estado de incertidumbre respecto a su clasificación y derechos.
Objetivos claros: reducir gastos y proteger a los vulnerables
Los cambios propuestos por el Gobierno buscan alcanzar dos objetivos primordiales: reducir el gasto público y garantizar que los subsidios se mantengan para las familias más vulnerables. El ministro de Economía, Luis Caputo, jugará un papel crucial en el establecimiento de una nueva política tarifaria, con un enfoque claro en la desaceleración de la inflación.
El enfoque anterior, promovido por el Gobierno de Alberto Fernández, intentó implementar un esquema de segmentación más fina, pero la administración Milei ha decidido descontinuar estos esfuerzos. En lugar de ello, se propone un regreso a la tarifa social, un modelo que establecía un bloque de consumo específico de electricidad y gas para el cual se otorgaban subsidios a jubilados y beneficiarios de planes sociales.
La complejidad del nuevo esquema
La transición hacia este nuevo modelo no está exenta de desafíos. En el contexto actual, el 52% de los hogares de luz pertenecen al nivel N2, lo que representa aproximadamente 8,4 millones de familias. En el sector del gas, un tercio de los usuarios se encuentra en una situación similar. La magnitud de estos números implica que el Gobierno tendrá que realizar un trabajo considerable para revisar y redefinir el esquema de subsidios, que actualmente está administrado por las provincias.
Un factor adicional que complica la implementación del nuevo esquema es la creciente preocupación del Gobierno por posibles cortes de suministro durante los meses de verano, ante la expectativa de altas temperaturas. En este sentido, la ?canasta básica energética? que había propuesto Chirillo y que iba a ser discutida en una audiencia pública, no se llevará a cabo.
Perspectivas económicas y sus implicaciones
Los datos actuales son reveladores. A pesar de los incrementos tarifarios en 2024, los usuarios están pagando, en promedio, solo el 49% del costo real de la luz. Los hogares del nivel N2, que reciben la mayor cantidad de subsidios, solo abonan el 26% del costo total. En el sector del gas, el promedio de pago es del 56%, con los N2 cubriendo únicamente el 32% del total. Esto pone de relieve la importancia de los subsidios para muchos hogares argentinos.
El presupuesto del Gobierno para 2025 prevé una reducción significativa de los subsidios energéticos, apuntando a que representen solo el 0,5% del PBI, la cifra más baja de la última década. Para alcanzar este objetivo, se anticipa que los aumentos tarifarios se concentrarán en los residenciales de ingresos medios y bajos. Esto indica un cambio de carga que podría afectar a sectores más vulnerables de la población.
Un futuro incierto para los subsidios
El futuro del esquema de subsidios en Argentina se presenta como un tema crítico y polémico. Mientras el Gobierno busca avanzar en su plan de reducción del gasto público, surge la incertidumbre sobre cómo estos cambios impactarán la vida de millones de argentinos. La decisión de modificar el sistema de subsidios es un paso hacia la reestructuración de la política energética del país, pero también plantea serias interrogantes sobre el bienestar de las familias que dependen de estos subsidios para cubrir sus necesidades básicas.
A medida que el Gobierno continúa evaluando y diseñando su enfoque tarifario, la atención de la opinión pública estará fija en cómo se implementarán estas medidas y qué repercusiones tendrán en el día a día de los ciudadanos. La discusión está abierta, y el desafío de encontrar un equilibrio entre la sostenibilidad fiscal y la justicia social se vuelve más apremiante que nunca.
Fuente: Ejes de Comunicación