Tras el rechazo del Senado, García-Mansilla presentó su renuncia a la Corte Suprema
El jurista recibió más de dos tercios de los votos en contra en la Cámara alta, lo que lo dejó debilitado con su nombramiento por decreto y "en comisión" en el máximo tribunal
El abogado Manuel García- Mansilla renunció este lunes a su cargo como juez de la Corte Suprema luego de que el Senado rechazara con más de dos tercios de los votos su pliego y también descartara el de Ariel Lijo, los dos candidatos que la gestión de Javier Milei intentó nombrar por decreto.
"Aunque me hubiera gustado hacerlo por más tiempo y en otras circunstancias, mi permanencia en el cargo no va a facilitar la integración de la Corte Suprema, sino todo lo contrario: será una excusa más para distraer la atención de aquellos que tienen que aportar una urgente solución a un problema que ya es de larga data", sostuvo el jurista en un extenso texto donde dio detalles sobre los motivos de una decisión que se terminó de tomar con el rechazo del Senado.
En una carta dirigida al presidente Javier Milei, García Mansilla realizó un repaso sobre los distintos pasos por los que fue pasando el proceso, desde la habilitación de dos vacantes en el máximo tribunal hasta la presentación de los pliegos, pasando por las audiencias en la Comisión de Acuerdos del Senado y la sesión del último jueves.
"Acepté ese nombramiento con la convicción de que la falta de integración de la Corte Suprema era un grave problema institucional que requería una solución urgente. Se habían generado dos vacantes en la Corte Suprema, que quedó reducida a solo tres miembros desde el 29 de diciembre de 2024. Sin embargo, una de las vacantes existentes a esa fecha tenía ya más de tres años", relató el abogado, hoy ya afuera de la estructura de la Corte Suprema.
Cuestionó además que "se hubiera naturalizado la existencia de una vacante sin cubrir durante un lapso tan prolongado" y recordó que "a esa anomalía institucional se le había sumado una nueva vacante, que agravó aún más la situación y que, incuestionablemente, requería también ser cubierta sin dilaciones".
García-Mansilla calificó como un "espejismo institucional" considerar como posible que la Corte Suprema funcione con tres integrantes que, según dijo, "puede causar un daño aún mayor que el que ya ha causado la demora en integrar el tribunal".
Uno de los problemas con este escenario es que "se resuelven casos, sí, pero no en la cantidad y el ritmo que exige la Corte", además de que tampoco se existe la "coherencia técnica con que se lo puede hacer cuando está integrada".
Defensa y enojo En su texto García-Mansilla recalcó que "el nombramiento en comisión era constitucional ya que se ajustaba estrictamente a cada una de las condiciones de validez que exige el art. 99, inc. 19, de la Constitución Nacional para que Usted pudiera ejercer esa atribución", le dijo a Milei. Según recordó, en la audiencia que participó el 28 de agosto de 2024 en la Comisión de Acuerdos "defendí la constitucionalidad de los nombramientos en comisión".
En ese contexto, apuntó directamente contra quienes lo "acusaron directamente de haber pretendido engañar a los senadores presentes ese día".
"Mediante un recorte intencionalmente tergiversado de lo que contesté en ese momento, intentaron adjudicarme el haber dicho que jamás aceptaría un nombramiento en comisión en la Corte Suprema, sin importar el contexto de ese nombramiento. Eso es falso", insistió.
Trámite en el Senado En abril del año pasado, el Ejecutivo publicó en el Boletín Oficial los nombres de los dos candidatos a cubrir los lugares de Elena Highton de Nolasco y de Juan Carlos Maqueda. En mayo los pliegos llegaron al Senado y allí se inició el camino formal con presentación de adhesiones e impugnaciones hasta que se concretó la audiencia en la Comisión de Acuerdos en el mes de agosto.
Aunque Lijo logró dictamen a favor, García Mansilla nunca pudo generar los consensos necesarios entre los senadores.
De esta manera, en la última semana de febrero, antes del inicio de las sesiones ordinarias, el presidente Javier Milei firmó el decreto con la designación de ambos "en comisión".
García Mansilla juró al día siguiente, mientras que Lijo apostó por pedir licencia en su cargo de juez federal, lo cual no obtuvo el aval de la propia Corte Suprema. Ante este escenario, la oposición en el Senado comenzó a organizarse para intentar sacar dictamen sobre el pliego de García Mansilla, aunque en este caso para rechazarlo.
El dictamen finalmente se concretó y en la sesión del pasado jueves obtuvo 51 votos en contra, con voluntades de una amplia variedad de sectores que lo dejaron fuera de carrera.
Fuente: El Cronista Comercial