Por las provincias

03/04/2020

Chaco y Corrientes, enfrentadas en una pelea inédita por la pandemia

Las medidas tomadas por el gobierno correntino desataron una disputa entre ambas provincia

CORRIENTES.- Si algo le faltaba a la ya dramática situación estructural que vive el norte argentino, pocos hubieran imaginado que ese algo sería la escalada de una disputa interprovincial entre Chaco y Corrientes, en despachos políticos y estrados judiciales, por el manejo de los criterios sanitarios que impone la necesidad urgente de controlar la propagación de la pandemia de coronavirus.

Todo empezó el 24 de marzo, cuando el gobierno de Corrientes dispuso que un grupo de 39 profesionales de la salud debían someterse al aislamiento obligatorio por considerarlos ?de alto riesgo?. Este aislamiento incluyó la imposibilidad de regresar a sus trabajos en la provincia del Chaco.

Ante tal situación, la Federación Médica del Chaco y la Asociación de Clínicas y Sanatorios elevaron un recurso para cuestionar judicialmente la decisión del gobierno de Corrientes, por entender que la determinación de disponer el aislamiento social y obligatorio de los profesionales médicos con residencia en Corrientes -pero que prestan servicios en la vecina provincia del Chaco- lesiona sus derechos a transitar y trabajar. Y se desprotegía a pacientes chaqueños.

Por esta razón, el domingo pasado, la jueza federal de Resistencia, Zunilda Niremperger, ordenó al gobierno de Corrientes que levantara la medida restrictiva que había dictado, pero el cuerpo de asesores letrados del gobierno correntino interpuso otra medida, que fue presentada ante el juez federal de Corrientes, Juan Carlos Vallejos, quien anuló lo resuelto por su par chaqueña.

Vallejos hizo lugar a la medida cautelar solicitada por el gobierno de Gustavo Valdés (UCR) y declaró ?inoponible? el fallo de la Justicia Federal chaqueña.

La resolución del juez correntino reinstaló el aislamiento de los médicos, y alegó, sobre todo, cuestiones de competencia judicial, pero entendió también ?el peligro? de demorar la cuestión, pues ?implicaría un riesgo que no debe correrse, en relación con la pandemia y emergencia sanitaria decretada por la normativa federal?.

Esta situación, que afecta a los médicos y al resto del personal de la salud, todavía puede escalar hasta la Corte Suprema. Por encima de la relación económica, la vida familiar, social y educativa constituye un solo entramado entre ambas provincias, que ahora habrá que recomponer. Como la relación política entre las administraciones políticas.

La disputa tiene antecedentes inmediatos, todos surgidos en paralelo con la pandemia. Primero fueron algunos dardos verbales entre funcionarios de la salud; después intervino el propio ministro de Salud de la Nación, Ginés González García, para frenar la discusión y correr de la escena los intereses políticos que empezaron a surgir en medio de la crisis. Se le atribuyó al Chaco cierto desmanejo en el tratamiento de la enfermedad, caldo de cultivo para su propagación. La provincia gobernada por Jorge Capitanich es una de las más afectadas del país. El propio gobernador de Corrientes había sugerido esa situación en declaraciones a la prensa, y en nombre de la preservación de la vida y la salud de los correntinos ordenó que los profesionales correntinos guardaran cuarentena en Corrientes.

Sobre el fin de semana pasado, además, hubo un revuelo en las dos orillas por una publicación que endilgaba a los chaqueños la responsabilidad de exportar la enfermedad, cuestión en la que intervino incluso el Inadi. Y en las últimas horas, surgieron situaciones de maltrato, violencia verbal y discriminación hacia una médica que trabaja en el Hospital Perrando, de Chaco, cuyo examen de coronavirus dio positivo y que se encuentra guardando aislamiento en su casa de Corrientes.

Fuente: La Nación

Corrientes
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