Un pueblo de San Luis, entre los más lindos del mundo
La Carolina resguarda la historia de los primeros buscadores de oro del país. Se destaca por la belleza de su paisaje, las casas de piedras y la gastronomía
La Carolina, una pequeña localidad ubicada en el corazón de las Sierras Centrales, fue elegida por el Ministerio de Turismo y Deportes para participar en el concurso Best Tourism Villages by Unwto, impulsado por la Organización Mundial del Turismo de las Naciones Unidas.
Con sus 1.200 habitantes, es uno de los pueblos ubicados a mayor altura sobre el nivel del mar en Cuyo y también resguardo de la historia de los primeros buscadores de oro en el país, conservando su legado en la memoria de su gente.
El gobierno de la provincia, a través de la Secretaria de Turismo, postuló la localidad serrana en este concurso que es una iniciativa global que busca destacar los pueblos en los que el turismo preserva la cultura y las tradiciones, celebra la diversidad, genera oportunidades y protege la biodiversidad.
En ese marco, la OMT recibió las solicitudes de diversos pueblos ubicados en los cinco continentes que buscan ser reconocidos entre los mejores mejores del mundo, cuyo galardón tiene por objetivo impulsar el turismo como motor del desarrollo y el bienestar rural.
Los ganadores se anunciarán oficialmente a finales de año.
Oro y poesía en el corazón de las sierras de San Luis El pueblo fue inicialmente llamada San Antonio de las Invernadas, hasta que el virrey Sobremonte, gobernador intendente de Córdoba del Tucumán, lo cambió en 1794 por ?La Carolina?, en honor al rey Carlos III de España.
El paso del tiempo mantiene su semblanza dorada, con brillos de transparencia, las sierras que se acercan al cielo, el susurro del agua de los arroyos que evoca las historias y los sueños de los mineros.
Un camino empedrado sube y se pierde entre los cerros, transportando a los visistante a tiempos lejanos. El pueblo es una larga callecita rústica empedrada rodeada de casas de piedra que conservan tanto el estilo colonial como la nostalgia de haber sido cuna de los míticos buscadores de oro, una actividad que solo dejó bocaminas, excavaciones y viejas historias de mineros.
Pero, además, la gastronomía tiene un rol preponderante con sabores y productos que despiertan los sentidos de los más exquisitos paladares, con platos regionales y preparaciones que se sustentan en costumbres transmitidas de generación en generación.
Actualmente convertido en uno de los principales destinos turísticos de la provincia, La Catalina atrae a grandes y a chicos por su amplio abanico de actividades, que incluyen desde expediciones al interior de las minas hasta visitas a la Iglesia de Piedra, cabalgatas, subida al cerro Tomolasta, recorridas por la gruta de Inti Huasi, visitas a Casa Piedra Pintada, que se destaca por sus pinturas rupestres, y la histórica Casa de Juan Crisóstomo Lafinur, Museo de la Poesía Manuscrita.
Fuente: BAE