Cirque du Soleil Curiosidades del regreso del circo más famoso del mundo
Tras cinco años, la compañía canadiense vuelve al país con "Bazzar". Las cifras y la intimidad de la troupe que debuta hoy
Tras cinco años de ausencia, el Cirque du Soleil vuelve a la Argentina con su espectáculo Bazzar, que se propone como un regreso a los orígenes del circo: se trata de homenajear a los fundadores de esta compañía que se convirtió en una marca global y sus pasiones iniciales, como jugar con fuego y andar en zancos.
Bazzar -la producción número 43 del Cirque du Soleil en sus 39 años de vida- privilegia lo físico sobre lo tecnológico.
Al menor, así lo asegura el brasileño Roberto Larroude, encargado de las relaciones públicas de la empresa: "No tiene mucha tecnología, mucha maquinaria. Revaloriza las habilidades físicas y artísticas".
Por primera vez en la historia del Cirque, se podrá ver un acto de mallakhamba, un deporte tradicional de la India: un gimnasta realiza posturas aéreas de yoga y agarres de lucha junto a un poste, bastón o cuerda.
Además, habrá números de balancín, acarreo, bicicleta acrobática, contorsión, dúo de patines, dúo de trapecio, cuerda aérea, suspensión de cabello, manejo de fuego y cuerda floja.
En total, en el show actúan 33 artistas y músicos en vivo sobre el escenario, procedentes de 27 países.
Buenos Aires es la decimosexta ciudad que presencia el regreso del circo, y la última escala de su largo recorrido latinoamericano. En septiembre llegará a Estados Unidos en lo que será el destino final de La gran carpa, (La grand chapiteau, en francés) que tiene capacidad para 2672 espectadores, y mide 19 metros de altura, 51 metros de diámetro y está sostenida por cuatro mástiles, cada uno de 25 metros de alto.
El peso de la carpa más los mástiles es de trece toneladas. Son 85 las personas que trabajan en la instalación, que requiere ocho días para su armado, y tres días para su desmantelación.
Está diseñada para soportar la lluvia y vientos de hasta 120 kilómetros por hora. Y cuenta con cinco generadores propios de energía más uno extra de respaldo.
El montaje y desmontaje de Bazzar implica la movilización de mil toneladas de equipos, que son transportados en 71 contenedores.
En cuanto al maquillaje y vestuario, cada artista es responsable de maquillarse antes de cada función: les lleva entre 40 y 120 minutos. Hay 34 trajes completos y también más de 200 componentes, entre los que se incluyen accesorios, extensiones de cabello, pelucas y zapatos. Todas las prendas se lavan después de cada función: dos personas se encargan diariamente de esa tarea, que insume un total de 24 horas por semana.
En la cocina de Bazzar hay dos chefs que preparan entre 150 y 200 comidas diarias: se consumen 25 kilos de proteínas, 30 litros de leche, cien huevos, ocho kilos de café, 45 sandwiches, y seis pasteles. También hay dos médicos que viajan con la troupe. "Atienden a los artistas. El resto del staff va a los hospitales locales", explica el paulista Caio Praceres, a cargo de la seguridad del show.
Fuente: Clarín
