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19/03/2025

El adiós a Antonio Gasalla. El capocómico que cambió el humor argentino

Figura de la televisión desde el retorno democrático, fue ícono del café concert y llevó a la estelaridad a una generación de comediantes. Dejó un abanico de personajes inolvidables.

A los 84 años, ayer murió Antonio Gasalla. El capocómico que llevó a la estelaridad a una generación de comediantes de un humor no tan habitual para lo popular, el padre de un sinfín de personajes entrañables que vienen al instante en fila, detrás de aquella Mamá Cora de Esperando la Carroza, vivió sus últimos tiempos afectado por un deterioro cognitivo por senilidad. Una paradoja para un productor de risas, sarcasmo y momentos memorables de la televisión argentina. 
Si algo habrá que destacarle es que su programa de TV fue la primera gran puerta del under para convertirse en mainstream. Y al llegar la hora final, aquella de los recuerdos, sobrevienen sus personajes: la acomplejada Soledad; la abuela del living de Susana Giménez; Flora, la empleada pública; la operadísima Inesita; Yolanda, aquella vieja arpía. 
No fue sólo un protagonista único de la TV, la que le dio su pasaporte a la popularidad. Su nombre queda como referente de aquella movida increíble del Buenos Aires de los `60 que abarcaba el café-concert y el music hall. Después llegarían la revista y el teatro, también algunos pasajes en cine. Y finalmente, sí, la televisión, desde su ciclo propio, o con su espacio en el programa de Susana y jurado de Tinelli. 
Antonio Alberto Gasalla había nacido en Ramos Mejía el 9 de marzo de 1941. Contó: "Soy de una generación en la que los padres mandaban demasiado: tenías que estudiar y, si los adultos hablaban te decían: Andá a jugar. Éramos mucho más tontos en aquella época". 
Sobre sus inicios, recordaba: "Cuando entré al Conservatorio de Arte Dramático, a principios de los 60, yo ya había interrumpido la carrera de Odontología. El Conservatorio me abrió la cabeza: me dio lo que quería sin saber lo que buscaba". 
El padre de Gasalla nunca comprendió su elección; sólo su madre lo hizo y le ayudó a mantenerse. 
Gasalla siempre destacó su formación en el teatro en verso, en las tragedias griegas y las clases junto a María Rosa Gallo. También en el Conservatorio surgió su propia búsqueda: "Empezamos a hacer en clave de humor las escenas que hacíamos en serio durante las clases de arte escénico y de teatro en verso: la escena del balcón de Romeo y Julieta o La gaviota de Chéjov". 
Recordaba: "Por aquel entonces no había un lugar o una escuela donde se enseñara la comicidad. Pasaron décadas hasta que se abrió ese campo con las clases de clown o los cursos de Norman Briski". 
Rescataba la disciplina: "No había demasiadas puertas abiertas para los actores, pero el rigor que se aprendía en el Conservatorio te servía para trabajar en cualquier parte". 
Un hito de esos tiempos iniciáticos fue la dupla con Carlos Perciavalle, compañero del Conservatorio. 
Desde el under, Gasalla y Perciavalle generaron un nuevo estilo de humor, estirando los límites en la temática. Gasalla trazaba sus límites: "No puedo hacer humor con temas como la guerra de Malvinas, que son una mezcla de injusticia y dolor. ¿Qué humor te va salir con con los desaparecidos? Claro que también está la gente para la que nada es motivo de risa. A mí no me cuesta nada reírme de la muerte". 
Desde el ?73, Gasalla comenzó a producir sus propios espectáculos, con libretos de Enrique Pinti. Una dupla de éxito por más de 10 temporadas, con títulos como Pan y Circo, Gasalla y Corrientes, Gasalla for Export, Gasalla 77, El Maipo es el Maipo y Gasalla es Gasalla, Gasalla en terapia intensiva, Maipo 100 % Gasalla, Maipo made in Gasalla, Gasalla es el Maipo y el Maipo es Gasalla. 
Los años ?80 fueron de éxito y crecimiento para Gasalla, sobre todo desde la instalación de su propio programa televisivo. Y también por Esperando la carroza (1985) su más celebrada participación en el cine (otra fue La tregua, en 1974). Allí surge su Mamá Cora, que convertiría en un clásico de la TV. 
En la pantalla chica, Gasalla fue fija hasta comienzos del 2000. El mundo de Antonio Gasalla o El palacio de la risa fueron dos de los títulos donde, con el eje en su peculiar humor, se intercalaban sus personajes y había un desfile de políticos y actores, deportistas y cantantes. Podían llegar Mariana Nannis, Alejandra Pradón, Federico Klemm o Florencia de la V, o sus secuaces Alejandro Urdapilleta y Humberto Tortonese Norma Pons o Nelly Láinez. 
En 1997, y a 25 años de su último espectáculo juntos, Gasalla y Perciavalle se reencontraron para un espectáculo en Punta del Este. 
Aquel choque de egos, que había llevado a la separación por más de dos décadas, quedaba atrás. 
Fue un anticipo de un retorno más activo de Gasalla al teatro. En los 2000 participó de un par de revistas y protagonizó la popular Más respeto que soy tu madre, entre 2009 y 2013 en el Metropolitan: allí interpretaba a Mirta Bertotti, un ama de casa al frente de una familia extravagante. Su segunda versión, en 2016, mantuvo el éxito. 
"Tengo la suerte de que la gente me acompañe -decía- ya sea a través del teatro o de la televisión. Aquella manera de empezar la profesión fue una mezcla de cosas que están escritas en el destino de alguien, pero también de cosas que se van dando. Porque la situación de este país sigue siendo una cachetada para un lado y para el otro". 
Lejos de los personajes, era reflexivo. 
"Teníamos el diploma pero nada más. Todavía lo tengo. Dice: "Actor nacional y profesor de arte escénico". Con eso no podías salir a pedir trabajo. Coincidía que toda esa locura que pasaba en el mundo y que estaba llegando a la Argentina la teníamos en la cabeza. Cuando tenés esa edad no te estás planteando qué hacer: la situación te va llevando. No todas las manifestaciones artísticas requieren tanto del público como la actuación. Si vos actuás y no te ve nadie, no existís. Siempre sostengo que los artistas inventamos poco, siempre hay un público que quiere ver algo nuevo". 
Las últimas temporadas lo vieron afectado por sus problemas de salud. 
A principios del 2020 iba a protagonizar un espectáculo con su amigo Marcelo Polino en Mar del Plata, pero apenas arrancaron, Gasalla se bajó. "El cuerpo no me da para más", se justificó. 
 

Fuente: Clarín

Corrientes
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