Gerardo Milman volvió a negar su vinculación al intento de magnicidio de Cristina Kirchner: "La frase que se me adjudica no se escuchó"

El diputado nacional por el PRO negó rotundamente su vinculación con el intento de asesinato de Cristina Kirchner y criticó las acusaciones en su contra. Por otro lado, se refirió al conflicto gremial en el sector aeronáutico, a propósito de la presentación de un proyecto para declarar al transporte público como servicio esencial, con el objetivo de limitar los paros que afectan a miles de personas.

El diputado nacional Gerardo Milman, en entrevista con Radio La Red, abordó las acusaciones que lo vinculan con el intento de asesinato de Cristina Kirchner, las cuales negó categóricamente. Al respecto, afirmó que "la frase que se me adjudica, "cuando la maten voy a estar camino a la costa", no se escuchó", y aseguró que en el momento del atentado estaba "en la Ciudad de Buenos Aires, cerca del Riachuelo", no en la Costa, como se ha mencionado, además de ratificar que tiene la "conciencia tranquila". El legislador del PRO explicó que varios testigos, incluso cercanos al denunciante, declararon no haber oído nada, y que el fiscal que reconstruyó la escena corroboró que la frase no pudo ser escuchada. Además, subrayó que "en el expediente no están acreditados estos dichos, no existe".

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Milman insistió en que no está imputado ni procesado, y lamentó el daño que estas acusaciones han causado en su vida personal. "Es muy feo, la verdad que no se lo deseo a nadie", expresó. También manifestó su preocupación por el impacto que esto ha tenido en su familia, mencionando que "se ha intentado hacer cuestiones en la escuela" de sus hijos, lo que calificó como una situación "muy fea". Aunque se mostró confiado en que la justicia aclarará la situación, criticó a la querella por seguir impulsando medidas sin pruebas suficientes. "La justicia seguirá su camino, pero ya lleva años y es algo que nunca había pasado en mi vida", agregó.

Por otro lado, en cuanto al proyecto para declarar el transporte público como un servicio esencial, Milman explicó que busca establecer guardias mínimas en situaciones de huelga para evitar la paralización de los servicios. "La sociedad hace mucho que viene tolerando determinadas acciones gremiales", señaló, y agregó que aunque respeta el derecho a la huelga, "eso no debe perjudicar a los demás en su trabajo, su esparcimiento o su vida diaria".

Aunque reconoció que los paros en el sector aeronáutico son graves, destacó que "afectan en general a un sector más acomodado de la sociedad", mientras que las huelgas en el transporte terrestre perjudican a muchos más. "Miles de personas dependen de los trenes, colectivos y otros medios de transporte público para sus actividades cotidianas", afirmó, justificando la necesidad de una regulación que garantice su funcionamiento en situaciones de conflicto.

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El proyecto de Milman incluye sanciones tanto para los gremios como para los trabajadores que no respeten la esencialidad del servicio. Entre las penas, se contemplan multas, retiro de la personería gremial y despidos con justa causa en caso de reincidencia. "El trabajador que sea declarado esencial ese día, si no cumple, se le descontará el día, y en caso de reincidencia puede ser causal de despido con justa causa", explicó. Para él, el transporte terrestre y fluvial también deberían estar cubiertos por esta normativa, ya que son igual de esenciales que el aéreo.

Fuente: La Red